martes, 13 de abril de 2010

La insoportable levedad del ser y la ignorancia

En los últimos días mi cabeza ha sido atormentada por varios acontecimientos ocurridos durante mi viaje de semana santa que de santa no tuvo más que el nombre. A raíz de lo anterior he querido replantearme muchas cosas y prioridades así como lo que verdaderamente es importante para mí.

Justo cuando estaba en la búsqueda de cómo escribir este blog, me acordé del novelista que más impacto ha tenido en mi vida y me acordé de una de sus novelas la cual tiene de título "La ignorancia".

Si bien no pretendo dar una reseña sobre este libro, a quienes les interesen los temas del sentimiento de nostalgia y olvido que viven los inmigrantes al verse obligados a dejar su tierra durante años y cómo enfrentan el duelo de regresar a su lugar de origen se sienten completamente enajenados, este libro de Milán Kundera es una lectura interesante.


Quizás la razón por la que me acuerdo de este libro, es por la historia de amor, en la que una mujer y un hombre se encuentran por casualidad durante su viaje de regreso al país natal del que emigraron hace veinte años. A pesar de lo romántico que pareciera la idea de que estas personas terminaran juntas, el libro plantea la idea de que mientras ella nunca lo olvidó y se mantuvieron esos recuerdos intactos, él al parecer la había olvidado por completo y para lo que ella fue un reencuentro para él fue simplemente un encuentro casual.


Hay ocasiones en las que a los seres humanos nos gustaría dejar en el olvido ciertos eventos y momentos bochornosos o desagradables; hay momentos en los que hay personas que dejan huella en nosotros y posiblemente ellos o ellas jamás lo sabrán; hay momentos históricos compartidos pero la memoria individual recolecta lo que realmente fue importante para cada persona.


El golpe duro es romper con la fantasía y darse cuenta que probablemente un momento crucial realmente no tuvo la importancia o relevancia que le fue asignado. Yo soy partidaria de la idea de que debemos preocuparnos por que cada día cuente, "carpe diem", no hay nada peor que el miedo para dejar de vivir, alguna vez leí la frase "quien le tiene miedo a la muerte, tiene miedo a vivir".


Creo que en muchas ocasiones a los seres humanos nos queda un un sabor agridulce cuando vivimos la vida intensamente y después sólo nos queda el recuerdo de lo que alguna vez hicimos. Me refiero a esas situaciones en donde a lo más dos personas presenciaron un evento y por alguna circunstancia una de esas partes desaparece y queda la palabra de una de ellas frente al resto del mundo.
Hay canciones de Joaquín Sabina que expresan ese sentir. En la canción de "y nos dieron las 10" hay un fragmento en el que el cantautor relata que el bar en el que conoció a una chica especial con quien pasó una noche de pasión al año siguiente ya no existía y que en su lugar sólo había una sucursal del banco hispano americano, que por cierto hoy en día ya tampoco existe (¿irónico no?). Ya no pensemos que se quedó sin la chica, sino tampoco físicamente existía el bar como si pudiera incluso convertirse en un mito lo que ocurrió en esa noche en que les dieron las diez y las once.


Si la chica despareció y el bar también, ¿qué sería de aquella historia de amor sin la canción que Sabina compuso años después? Ni siquiera me consta que esta historia sea verídica pero ilustra mi punto. Es mejor recordar las cosas aún cuando nos duela la indiferencia o el olvido de la otra persona porque forma parte de nuestra historia.


El rechazo en ocasiones nos obligada a aislarnos de formas distintas como en el alcohol, la música, la lectura, escritura y el sexo. Hay gente que simplemente prefiere meterse en sí mismo, pero por más despechados que podamos llegar a estar no creo que exista peor negación que la de no aceptarnos a nosotros mismos.

2 comentarios:

  1. Creo que es hay varios puntos de reflexión en este articulo. Me llamó mucho la atención el tema de las diferentes percepciones que se pueden tener de un mismo acontecimiento. Para una persona puede haber un encuentro lleno de amor y para la otra solo un momento gris de su pasado. Muy bueno, con gran sentido e interesante.

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  2. Desafortunadamente cuando algo duele tendemos a olvidarlo... si se trata de una persona cercana, puedes vivir con rencor toda la vida y sobretodo evitar a esa persona, pero siempre que esa persona se aleja, desaparece o simplemente muere, es cuando nos arrepentimos y queremos cambiar todo lo que dejamos atrás. Concuerdo con la idea de hacer que cada día cuente y sobre todo, valorar a las personas que le dan sentido a nuestra vida. Me gustó mucho tu artículo. Jo.

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